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lunes, 7 de enero de 2019

Lo que dicen hoy de lo pésimo que son los Videojuegos, se decía del Ajedrez en 1859.


El ajedrez es una mera distracción inferior que roba a la cabeza un tiempo apreciado que podría ocuparse a logros más nobles y que no da ningún provecho al cuerpo. De esta forma se las gastaban en Scientific American en 1859 al comentar del ajedrez.

Efectivamente: fundamentalmente es lo que varios aseguran en este momento de los videojuegos. Como ocurría con el ajedrez, es verdad que hablamos de ocupaciones más sedentarias que otras, pero como ocurría con el ajedrez, los estudios revelan que los videojuegos además tienen sus virtudes. Como sucede con todo, lo considerable es entrenar esas ocupaciones con mesura.

Jugar al ajedrez no servía de nada

El artículo original de esta revista científica no se andaba con chiquitas en el momento de criticar el ajedrez hace siglo y medio. El creador indicaba cómo la iniciativa de que los players de ajedrez poseían un intelecto superior era errónea, y ponía como ejemplos a Napoleón, Shakespeare, Milton o Newton, que como el resto de los "enormes de la Tierra lograron jugar con capacidad al ajedrez".


Las analogías con el planeta de los videojuegos parecen inevitables, y lo que en 1859 Scientific American entendía que era una actividad que no aportaba completamente nada dicen en este momento inclusive de títulos que tienen un ingrediente educativo claro como Minecraft.

Es verdad que la relación entre lo bien que uno juegue al ajedrez y su aptitud en otras superficies no es siempre directa: que seas un enorme maestro no supone que vayas a ser más capaz en otros campos

La inacabable crítica a los videojuegos

Los provechos del ajedrez son según numerosos estudios patentes en ámbitos como el de la concentración, la comprensión lectora o las capacidades matemáticas. En una exploración en Treveris (Alemania), se comprobó que al sustituir una hora de matemáticas por una de ajedrez, los jovenes que fueron a esa hora de práctica del ajedrez sacaron superiores notas en matemáticas en el final del curso.


Con los videojuegos sucede algo similar: aunque por supuesto hay videojuegos de toda clase, los juegos de acción tienen la capacidad de hacer mejor la atención visual y a que alguien se enfoque en la información visual importante. Los provecho además tienen la posibilidad de cubrir la optimización de las capacidades sociales, la resolución de inconvenientes, el régimen de trastornos como el TDAH o el fortalecimiento de la memoria.

Desde luego, varios de estos argumentos tienen la posibilidad de verse en compromiso cuando el placer de los videojuegos se transforma en una "adicción" (las comillas son importantes). Los peligros están ahí, y como sucede con otros varios ámbitos de nuestra vida, lo aconsejable es cambiar esas ocupaciones con otras. Los excesos, ya saben, tienden a ser pésimos. Queda por ver qué dicen nuestros herederos de los videojuegos de aquí a 200 años.

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